30 de julio de 2009

Don't You Know

What an awkward situation
I cry for you since I first met you
And you don’t get even a clue

I guess this is what I win
For falling for someone who’s not for me

Chorus:
Don’t you know, don’t you know
That I’m living over the edge
Don’t you know, don’t you know
That I just wanna be with you…
Don’t you know, don’t you know,
That you’re the only one I need now
Don’t you know, don’t you know…
That I’m in love

It was funny at the beginning
But it’s getting more serious
And I don’t know how to stop it

The consequences of this
That’s what I’m fearing

Chorus

I love you more than everyone
And I live just for you
Every single night
Tears wet my pillow
But the worst part, is you don’t have idea

Don’t you know, don’t you know
That I’m living over the edge
Don’t you know, don’t you know
That I just wanna be with you…
Don’t you know, don’t you know,
That you’re the only one I need now…

Don’t you know, don’t you know
That I’m begging just to hear you
Don’t you know, don’t you know
That I’m living just for you
Don’t you know, don’t you know
That you’re my only hero
Don’t you know, don’t you know…
That I’m in love
Oh yeah…
Don’t you know


Español: Sinceramente... no sé cuando terminé esta canción. Escribí el estribillo hace un MONTÓN, pero no tengo idea de cuando la terminé - hoy leyendo todas mis canciones la encontré y me llamó la atención, y decidí subirla. Espero que les guste :) como verán desde ahora voy a escribir los comentarios en español y en inglés (ya traducí el resto de los comentarios, menos los one-shoots que me van a llevar un poco más de tiempo), ya que ahora también está leyendo esto gente de EEUU... increíble, ¿no? Para mí si lo es :) En fin, muchas gracias a quien lea esto, y porfavor no se olviden de dejar su comentario... significa mucho más de lo que creen :)

English: To be honest... I don't know when I finished with this song. I wrote the chorus a LONG time ago, but I have no idea when I finished it - I found it today when I was reading all my songs and it caught my attention, and I decided to upload it. Really hope you like it! As you'll see, from now on I'm gonna write my comments in Espanish AND English (I've already traslated all the other posts, except the one-shoots... that's gonna take a little longer, but I'm planning to do it!), cause now people from the US are reading this too... incredible, isn't it? At least for me! :) So, thanks so much for reading this, and please, don't forget to leave a comment... it means really a lot to me :)

21 de julio de 2009

During The Storm (SPANISH)

- Take my hand tonight, we can run so far…

¡Boom!

- Rayos – musité para mi misma, al escuchar el impacto de mi BlackBerry contra el suelo. Aún sin levantarme de la cama, tanteé ciegamente en el suelo en busca del aparato, y una vez en mis manos, me dispuse a configurarlo para que sonara 10 minutos más tarde. Detuve mi actuar al ver mi fondo de pantalla. Un pequeño nudo se formó en mi garganta, y me senté en mi cama, quitándome el cabello del rostro.

- Te extraño – le murmuré a la foto. Me sentí estúpida. Pero solo vernos a mi novio y a mi abrazados en ella provocaba un increíble odio hacia mi misma.

Me di cuenta de que no había tomado la decisión correcta desde el día que pise Harvard. Recuerdo perfectamente ese día, ya que mi memoria selectiva había decidido que era lo suficientemente valioso para dejarlo grabado. La imagen de Nick, intentando sonreír, llenaba mi organismo. “No te preocupes” me había dicho “Todo estará bien. Lo resolveremos”.

Pero las cosas no habían sido tan simples. Habían pasado ya dos largos años desde ese día, y unos tres meses desde la última vez que lo había visto. “Tres meses, dos semanas y un día” me dijo mi conciencia. Resultado: lo extrañaba tanto que dolía.

Oí a mi compañera revolviéndose entre las sabanas, y volví al mundo real.

- Geo – murmuró, intentando desperezarse. - ¿Qué hora es?

- Las 7 y media – contesté. Inspiré una buena bocanada de aire, y me recordé a mi misma que estaba allí por decisión propia. Yo solita había decidido vivir bajo mi tormenta personal. – Tenemos Derecho Civil en solo media hora.

- Lo sé – dijo Serena, levantándose. - ¿Qué esperas?

- No lo sé. – reí un poco. Sacudí mi cabeza, y me dispuse a levantarme. Me dirigí hacia la ventana, y corrí las cortinas: el día estaba completamente nublado, ni un rayo de sol cruzaba el cielo.

- Seguro hoy lloverá – comentó mi compañera. Nuestras conversaciones no iban más allá de eso: clima, estudios, y tal vez música y libros. No más.

- Eso espero – dije, casi sin ánimos. Esa clase de días eran mis favoritos, en especial si terminaban con una bonita llovizna. Claro que mi estado de ánimo no cambiaría solo por el clima.

Tomé mi ropa -unos jeans, una polera blanca, bufanda escocesa y mis inesperables Converse- y me dirigí al baño. Me cambié, sin prestar demasiada atención a lo que hacía, até mis bucles en una coleta alta, y cubrí mis ojeras con un poco de base. ¿Qué importaba, si la única persona que me interesaba no me vería?

Salí unos cinco minutos más tarde, y mi compañera ocupó mi lugar. Mientras guardaba mi Notebook, mis libros y demás en mi mochila, algo llamó mi atención desde afuera. Me acerqué a la ventana, sin creer lo que había visto: estaba segura que había pasado, a lo lejos, un Mustang igualito al de él. Tomé mi frente, despeinando mi flequillo, mientras me reía irónicamente de mi misma. Mi vista nunca había sido la mejor, además de que no sería la primera vez que imaginara cosas. Simplemente lo extrañaba demasiado.

- Piensa, ¿por qué estaría aquí? – me dije a mi misma. Corroboré en mi celular la fecha, y definitivamente, no podía estar allí. Ni siquiera estaba en el mismo Estado: esa noche, si no me fallaba la memoria, daban un concierto en Nueva York.

- ¿Me hablaste? – preguntó Sere, saliendo del baño.

- No, solo hablaba conmigo misma – le sonreí. Ya estaba acostumbrada a mis locuras, así que no se sorprendió.

- Bien… ¿vamos? – miró a su reloj, y su expresión cambió a una algo preocupada – Ya son casi las 8.

- Vamos – contesté, cargándome mi mochila al hombro. El campus era algo grande, y debíamos atravesar todo el patio para llegar al departamento adecuado.

- Será mejor que lleves uno – dijo, señalando al paraguas que tenía en su mano derecha. Sonreí, y negué con la cabeza.

- Está bien. No me molesta mojarme.

- Como quieras – se encogió de hombros. Caminamos fuera del departamento, y unos minutos más tarde estábamos en medio del patio. Serena comentaba algo sobre la lección de ese día, pero no estaba prestándole demasiada atención. Solo asentía de vez en cuando, sonriendo.

- Oye, Georgie… - dijo, y contesté con un leve “Mmm”. Mi vista seguía clavada en mis pies – Georgina, mira…

Levanté mi cabeza, y seguí las indicaciones de mi compañera. En medio del enorme terreno, junto a la hermosa fuente, se destacaba la figura de un hombre. Agudicé mi vista, ya que estaba muy lejos.

- Maldita miopía – me quejé – No veo nada. ¿Qué hay? Debe ser un estudiante que prefirió saltearse alguna clase. Lo envidio – comenté. Definitivamente, no estaba en ánimos de sentarme frente a un profesor, y escuchar una sarta de cosas que, seguramente, no recordaría al año siguiente.

- No, Geo… - me tomó del brazo, y me arrastró hacia la fuente. Estábamos a unos 100 metros cuando me percaté de su manera de pararse. Me recordaba terriblemente a la de mi novio: brazos cruzados, un pie firme sobre el suelo, el otro apoyado contra la fuente.

- No puede ser… - murmuré. Solo bastaron dos pasos más para reconocer su cabellera. La emoción me llevó a frenarme como una estatua. Pude ver como Nicholas se acercaba hacia nosotras, y una sonrisa se extendió por todo mi rostro.

- Mejor me voy – dijo Serena, al escuchar el sonido del timbre sonando – Le diré al profesor Mason que estás enferma.

Creo que murmuré un “Gracias”, pero no estoy muy segura. Escuché las zapatillas de mi amiga impactando en el césped, alejándose de mí, pero no volteé a verla. Mis ojos estaban clavados en la figura que se acercaba cada vez más, pero parecía nunca llegar.

- Hola – dijo, cuando al fin llegó - ¿Sorprendida?

- ¿Qué rayos haces aquí? – pregunté, aún un poco confundida. Sus brazos rodearon mi cintura, mientras los míos se acomodaban sobre sus frondosos pectorales. Su aroma particular llenó mis pulmones, y tuve que cerrar mis ojos por unos segundos para no marearme.

- No es exactamente la bienvenida que esperaba, pero supongo que tendré que conformarme – rió. Ya casi había olvidado cuan hermosa y contagiosa era su sonrisa. Se inclinó un poco para capturar mis labios entre los suyos, de manera casi desesperada. Llevé mis brazos a su cuello, atrayéndolo más hacia mí. – Supongo que te extrañaba demasiado – dijo, aún sobre mi boca. Abrí mis ojos, para encontrarme con los suyos a solo unos cuantos centímetros, y murmuré:

- Estás loco.

- Lo sé – volvió a reír, y lo acompañé – Pero mi locura se podría haber vuelto peligrosa si no venía a verte.

- Espera – el oxígeno volvió a mi cerebro de repente, y este volvió al planeta - ¡No deberías estar aquí! ¿Qué hay del concierto…?

- Llegaré – me cortó – Estoy a solo unas horas de aquí en avión. Solo perderé el ensayo, y…

- No lo necesitas – terminé por él. Sonrió un poco.

- Repetir el mismo concierto todas las noches tiene sus ventajas. Papá dijo que con el ensayo de ayer estaríamos bien, así que nos dio el día libre.

- Puedo apostar a que Denise tuvo algo que ver con esto – comenté, agradeciendo internamente a mi suegra.

- Digamos que ya no soportaba verme de aquí para allá en el bus, quejándome de que no hayamos parado en Massachusetts. – la melodía de su risa inundó mis oídos. Pasé mi mano por sus rulos, despeinándolo un poco.

- Te extrañé mucho. Tal vez tenías razón. – admití – La universidad no fue una buena idea…

- Shh – me calló, llevando su índice a mis labios. Besó mi frente – Lo hecho, hecho está. Ya falta menos.

- Si, con suerte en unos cinco años estaré fuera de aquí. – mi voz se quebró un poco, pero me recompuse. No iba a permitir que mis idioteces arruinaran ese momento.

- Tal vez en unos años te acompañe – dijo Nick, acariciando mi mejilla. Lo miré, levantando mis cejas en forma de pregunta – No todavía. Debemos aprovechar este momento.

- Lo sé – dije. No iba a permitir por nada del mundo que perdiera la oportunidad que la vida le había dado, menos por mi egoísmo. – Además, yo aún espero impaciente el próximo álbum…

Nick rió, y volvió a presionar mis labios con los suyos. Sentí una gota impactar sobre mi mejilla, pero no le presté demasiada atención. Nuestros labios se movían a un ritmo perfecto, como si cada movimiento estuviera ya ensayado. Mi estómago era una fiesta de mariposas, que revoloteaban contentas de estar despiertas después de tantos meses. La falta de aire se hizo presente en mis pulmones, y me separé de él. Nick pasó sus brazos por mis hombros, y yo pasé los míos por su cintura, hundiendo mi rostro en su pecho. Cerré mis ojos, mientras me embriagaba con su aroma. Otra gota impactó sobre mí, esta vez en mi cabeza, y a esta la secundaron varias más.

- Está por llover – murmuró Nick, pero no movió ni un músculo.

- Lo sé – dije yo, quedándome también en mi lugar. Pronto las gotas aisladas se convirtieron en una llovizna. Me separé un poco de Nick, aún con mis brazos a su alrededor, y miré hacia el cielo. El agua caía con cada vez más intensidad, y no pasó mucho tiempo hasta que estuvimos prácticamente empapados.

- Serena tenía razón – comenté – Debería haber traído un paraguas.

- Cierto – dijo Nick, pasando su mano por mi flequillo, antes lacio. En un rápido movimiento, desarmó mi peinado, y mi cabello golpeó contra mi espalda, chorreando. Rió un poco.

- Tú también podrías haber traído uno – dije, intentando hacer algo con el cabello sobre mi frente. Lamentablemente, no existía aún una planchita que soportara el agua, así que mi flequillo había pasado de lacio perfecto a rulos rebeldes. Nick soltó su agarré para darme más comodidad, mientras yo seguí peleando contra el mechón. Unos minutos más tarde, bufé, vencida. Volví a mirar a mi novio, que parecía disfrutar de la escena, ya que tenía una sonrisa burlona en su rostro. Lo fulminé con la mirada.

- Oye, no te enojes – sonrió – De todas formas, te ves mejor mojada. Tu cabello así se ve estupendo – agregó.

- Ja-ja – reí irónicamente. – Mejor vamos adentro, ¿quieres? Serena prometió mentir por mí diciendo que estaba enferma, no quiero que termine diciendo la verdad. – tomé a Nick por la mano, y comencé a guiarlo hacia mi alcoba. Una vez bajo techo, frené, y me acerqué a él – Además… hoy a la noche tienes un concierto que dar. – le di un corto beso. Me dispuse a continuar nuestro camino, pero mi novio tiró de mi brazo, dejándome pegada a su mojada remera.

- ¿Qué te parece si vienes conmigo? Un par de semanas fuera no harán tanto daño…

Lo pensé un instante. Tenía razón, ¿cuánto podía perder en solo unas semanas? Rodeó mi cintura con sus fuertes brazos, y me acercó aún más a él, capturando mi labio inferior. Sin lugar a dudas: encontraría la manera de ponerme al día.


Watch out, World! Here I come :) jja, si quieren saber porque estoy tan optimista y feliz, clickeen acá. I guess I always knew, that I had all the strengh to make it through...
Gracias por los comentarios :) no son demasiados, pero sin dudas me hacen sonreír cada vez que los leo. ¡¡GRACIAS!!

19 de julio de 2009

Head Over Heels

Since the first time I saw you,
I got lost in your eyes
‘I love you’ is not for everybody,
But for you, is not enough

Chorus:
Swimming in my thoughts
Where you are the only light
Flying by the moon
Where I can only hear your voice
I’m just… head over heels

Get to you? Impossible
Forget you? Maybe even more,
But, who cares? I don’t
‘Cause I will give it all

Chorus

Getting to know you
Just wanna hold you
In my arms
It will be possible
If you just give me a chance

Chorus

Español: Viejiita... digamos que ya tiene más de un añito de vida. Pero es una de las que más me gustaron, además de que es una de las pocas que tiene la meoldía está bien armadita :) solo me faltaría aprender a tocar ALGÚN instrumento, jaja... para que se den una idea, es una canción bien al estilo Demi Lovato (salvando las distancias, OBVIAMENTE), y creo que está por demás decir que ella fue una de mis más grandes influencias a la hora de escribirla :) y bueno, ya deben saber a quien está dirigida... así que no hay nada más que decir. :)

English: Kinda old one... let's say it is more than a year old. But it's one of my favorites, besides, it has a well-formed melody :) I just need to lear to play ANY instrument, lol... just so you know, this is a Demi Lovato-style song (but we can't compare it, OBVIOUSLY), and I think she was one of my biggest influences for writing it :) and well, you know who I dedicate it to... so there's nothing more to say. :)

16 de julio de 2009

Crusher

Don’t even strive to get into my mind
You won’t get it, I can bet cha on that
A million guys are floating here around
And there’s is one that just can’t get out

Impossible, unreachable
[Spoken: Words I often use]

Chorus:
I’m a crusher
That’s what I do
I fall in love with people
Who I don’t even know
Maybe this means something
Maybe I need some more
But I’m a crusher baby…
What can I do?

You’re trying to tell me that this is not right
You keep telling me I won’t end fine
Well I’m expecting this to turn round
I’m not hopeless, I know what I want.

Unworkable, inaccessible
[Spoken: Welcome to my glossary]

Chorus

I don’t know what I’m searching
But I can’t find it now
My light is turning off
Now I can’t be bright

I’m a crusher
That’s what I do
I fall in love with people
Who I will never know
I hope this means something
Cause I can’t get what I want
But I’m a crusher baby…
What can I do?

Español: Bueno... esta es la última canción que escribí, hace un par de semanas... o menos, no me acuerdo. Otra bastante personal, ¿ah? Jaja, y creo que algunas de las que leen el blog pueden serntirse bastante identificadas. Estoy trabajando en otra -que encontré ayer a la noche en mi celular... no sé cuando la escribí, creanme, a veces eso da miedo- pero la verdad, estoy pasando por un bloqueo bastante grande... intenté escribir dos one-shoots que terminaron en nada, y mi novela está más que estancada. Me pasa a veces... normalmente se va en unos cuantos días. ¡Espero que no sean tantos!
Pero en fin... espero que les guste :) estoy tardando un poco en subir mis canciones, porque no sé con cual seguir, jaja. Mañana supongo que les traeré otra :) gracias a cualquiera que lea esto.. no se dan una idea del apoyo moral que me dan. ¡Gracias!


English: Well... this is the last song that I wrote, a couple a weeks ago, or less, I can't remember. Pretty personal, ah? lol, and I think some of you may feel really identificated with it. I'm working on another one -that I found yesterday on my cellphone... I don't even know when I wrote it, some times it turns out creepy, trust me- but, actually, I'm blocked. I tried to write 2 one-shoots that ended up being nothing, and my fanfiction is tracked. It happens to me some times... it's just a matter of time. I hope it won't last too much!
So well... I hope you like it :) I'm taking my time to post more songs cause I don't know which one to choos, lol. I'll guess I'll bring you another one tomorrow :) thanks to anyone reading this... you have no idea how it helps my self-steem. Thank you!

13 de julio de 2009

The Best Day (SPANISH)

ALERTA: Este One-shoot tiene contenido que puede no ser bueno para algunas fans de los Jonas Brothers. Si estuviste mal por el compromiso de Kevin y Danielle, porfavor, NO LEAS ESTO. Gracias


- Dios mío – susurré en un hilo de voz, mirándome al espejo. Mi vista ya estaba más que empañada, pero reprimí las lágrimas: no quería arruinar mi maquillaje… otra vez.

- Dani, querida… estás preciosa – Denise se acercó hacia mí, con una gran sonrisa en su rostro. Me abrazó, con cuidado de no arruinar mi peinado.

- Gracias, Denise… - respondí, demasiado emocionada para decir más. Volví a mirarme al espejo: mi cabello estaba recogido, en una coleta alta, con una hebilla plateada con cristales incrustados en ella. Bucles perfectos caían por mi cuello, brillando gracias al producto que había usado la estilista. Mi rostro estaba prácticamente al natural, la maquilladora había aplicado –ya unas cinco veces- solo una capa de base, una de rimel en mis pestañas, delineador negro muy suave, y un leve brillo en los labios. Un largo vestido blanco se ceñía a mi cuerpo, bastante simple, pero aún así, hermoso. Solo tenía detalles en plateado, que hacían que brillara cuando lo veías desde distintos ángulos. Llegaba hasta mis tobillos, y en mis pies, aún descalzos, resaltaba una manicura recién hecha. Una vez más, mis ojos se vieron empañados, y llevé mis manos a ellos. Sequé una lágrima que estaba por escaparse con mi dedo.

- Que suerte que tiene mi hermano – mi sonrisa se amplió aún más al ver entrar a Joseph a mi habitación. Me acerqué a él, y me dio un cálido abrazo. – Te ves hermosa.

- Es cierto – dijo Nicholas, a su lado. Solté a Joe, para abrazar a su hermano menor.

- Gracias chicos…

- Deberías ver a K2 – Joe tenía una sonrisa burlona plantada en su rostro – Es un nudo de nervios…

- ¿Y tú qué crees? Creo que en cualquier momento voy a vomitar – reí. En parte era cierto: la velocidad de mi corazón no había bajado de los 100 km/h desde la noche anterior, cuando me despedí por última vez de mi novio. Recién en ese momento había caído en cuenta de que esa sería la última vez que lo vería como mi prometido. En menos de dos horas, caminaría hacia él, en el altar, y uniríamos nuestras vidas para siempre. Un escalofrío emocionado recorrió todo mi cuerpo, como si hubiera sido víctima de una descarga eléctrica.

- Bueno, será mejor que regresemos… - dijo Nick – Kev realmente nos necesita… - Joe y él rieron con ganas.

- Si, claro, vayan – dije, acompañándolos hacia la puerta. Clavé mis ojos en la habitación del frente: la puerta estaba cerrada, pero sabía que allí dentro se encontraba mi futuro esposo. Sentía unas terribles ganas de salir corriendo hacia allí, irrumpir en la habitación, y abrazarlo por el cuello. Sacudí mi cabeza, en un intento de contenerme.

Volví dentro de mi habitación, intentando escapar de cualquier tentación. Me di cuenta de que, por primera vez en el día, estaba completamente sola. Mi madre, que había estado todo el tiempo conmigo, estaba arreglándose, los padres de Kevin y sus hermanos estaban con él, y mis amigas debían estar yendo hacia la iglesia. Inspiré una gran bocanada de aire, y me senté sobre mi cama.

Una idea pasó por mi cabeza: siempre había escuchado que las novias se sentían nerviosas, inseguras antes de la boda. Yo debía ser la excepción a esa regla. Nunca había estado tan segura de nada en toda mi vida: Kevin era el hombre con quien quería pasar el resto de mi vida. Los nervios que sentía, eran solo ansiedad por dar ese tan sagrado y hermoso “Si, quiero”. ¿Quién iba a pensar que esas dos palabras podían ser tan preciosamente poderosas?

Mi vista se clavó en el anillo que decoraba mi mano izquierda, y una sonrisa melancólica se formó en mi rostro. Recordaba perfectamente el día en el cual me lo había dado. Me tomó por sorpresa, ni siquiera habíamos hablado del tema. Ambos teníamos muy en claro que nos amábamos con locura, y que éramos perfectos el uno para el otro… pero, ¿casarnos? Aún no estaba en nuestros planes.

Pero, al parecer, si en los de Kevin. Cuando apareció en mi puerta, miles de ideas llenaron mi cabeza, y el miedo se apoderó de ella. Por un segundo, creí que terminaría conmigo. Quedé completamente en blanco cuando lo vi arrodillarse delante de mí, y sacar una preciosa cajita de su bolsillo. Solo pude exclamar “Si, si, si” unas quinientas veces, mientras lo abrazaba por el cuello.

- Genial, volviste a arruinar tu maquillaje – una voz me sacó de mis pensamientos, y vi a mi madre entrar por la puerta. Sus ojos centellaban de emoción y orgullo.

- ¿Demasiado? – pregunté, pasando mis manos por mis mejillas. Estaban empapadas.

- Creo que con un retoque estarás bien. Debemos apresurarnos, el auto ya está esperando afuera.

- ¿Ya? – pregunté, quedándome sin aire. Mis manos comenzaron a temblar, y quedé petrificada unos cuantos segundos.

- Si, hija, ya es hora – mi madre sacó de su cartera lo necesario para arreglarme, y, en cuestión de minutos, mi maquillaje estaba nuevamente perfecto.

- No creo que dure mucho – reí. Fui en busca de mis zapatos de taco, plateados, y me los calcé. Eran la pieza perfecta para complementar el resto de mi vestuario. Volví a mirarme, por última vez, al espejo, y me apresuré hacia fuera de la casa.

- Kevin ya debe estar por llegar – comentó mi mamá, mientras subíamos al auto. Mi corazón latió desbocado dentro de mi pecho. “Ya, tranquilízate” pensé “¿Qué harás cuando lo veas allí… esperando…?” Ese último pensamiento solo sirvió para que mi órgano vital enloqueciera aún más.

El viaje se me hizo eterno, aunque solo estábamos a unas cuantas cuadras de la iglesia. Todo mi cuerpo temblaba, casi violentamente, y no podía quedarme un segundo quieta. Mi madre me ordenó unas 10 veces que dejara de jugar con la ventanilla, o que dejará mi vestido en paz si no quería romperlo.

- Parezco una niña – reí, con un leve rubor en las mejillas. – No puedo esperar…

- Pues… - dijo mi mamá, señalando hacia afuera del vehículo – No deberás hacerlo por mucho tiempo.

Allí estaba: la iglesia a la cual Kevin y yo asistíamos desde pequeños. Parecía increíble que no nos hubiéramos conocido antes, cuando habíamos compartido casi todos los domingos de nuestras vidas. Mordí mi labio inferior, mientras llevaba mi mano a la manecilla de la puerta.

- ¿Estás lista? – me preguntó mamá. Solo pude asentir: un gran nudo se había formado en mi garganta, y mi estómago parecía una fiesta de insectos voladores. En ese momento, ninguna palabra podría salir de mi boca.

Caminamos juntas hacia la puerta del templo, donde esperaba mi papá. Me saludó con un beso en la frente, y murmuró algo parecido a “Como has crecido…”. Mi madre acomodó un poco mi cabello, y me entregó un ramo de tulipanes blancos. Yo, por mi parte, sentía que estaba en otro mundo. Todas esas acciones se sentían como algo ajeno a mí, toda la situación parecía sacada del más perfecto de los sueños. Y mi cuerpo creía estar en él, aunque parte de mi mente sabía que era realidad. Eso era lo que hacía que todo ese momento fuera perfecto.

- ¿Y bien, cariño? – preguntó mi padre - ¿Vamos?

Tomé su brazo, asintiendo efusivamente. Me aferré a él, ya que la sensación de mareo me estaba volviendo loca, y me costaba concentrarme lo suficiente como para caminar. Nos pegamos a la puerta, y esta comenzó a abrirse lentamente. Creí que moriría: la felicidad inundaba completamente mi cuerpo. Si la felicidad matara, seguramente ya estaría en mi lecho.

Solo bastó un paso para que todo cambiara de repente: el mundo desapareció completamente, y solo pude concentrarme en una cosa: sus ojos verdes. Ese mismo verdor que me había enamorado desde el primer día, estaba ahora clavado en mí, expectante, impaciente, pero por sobre todo: alegre. Y en ese momento, todo tuvo sentido: supe que había nacido para vivir experiencia, para caminar hacia él, para unir nuestras almas ante Dios y complementar su existencia por el resto de nuestras vidas. Cada instante extrañándolo, sufriendo por estar lejos de él, cada disputa, cada lágrima: todo eso no importaba. Solo importaba que estábamos ahí, él y yo.

El pasillo parecía alargarse cada vez más, mientras mis pies caminaban cada vez más rápido, desesperados por encontrarse con él. Y, finalmente, llegaron. Mi padre soltó mi brazo, apoyó su mano sobre el hombre de mi prometido, y le guiñó un ojo. Él le sonrió, y, casi desesperado, buscó nuevamente el contacto con mis ojos. Me paré frente a él, y nuestras manos se entrelazaron. Solo pude articular con mis labios dos palabras: “Te amo”.


I made it, I made it, oh-oh, I made it ♪ jaja, estoy loca, lo sé, es que no puedo creer que gané! Me esperaba una mensión con suerte... pero ganar? WOW! No lo esperaba! Pueden verlo en este link . En fin... espero lo disfruten mucho :) me costó bastante escribirlo, pero una vez que se me mete una idea en la cabeza, no dejo que nada me gane, ni siquiera un poquito de dolor x) jaja, y yo por mi parte al menos, estoy feliz con el compromiso de Dani y Kev así que no costó demasiado. Espero que lean el Alert y no lo hayan leído si no pueden soportarlo! En fin, gracias por los comentarios♥ me hacen muy bien!

11 de julio de 2009

Black And White (SPANISH)

- Bien, ya fue suficiente. – mi novio entró como una fiera a mi habitación, y cerró la puerta con un fuerte golpe. Se sentó en mi cama, frente a mí. Desvié mi mirada hacia el suelo. Mi vista periférica me permitió ver como hundía su rostro entre sus manos, exasperado - Debemos hablar, esto ya me está volviendo loco.

- No sé de que hablas – contesté, con mi vista aún clavada en la madera. Sentí como Nick tomaba mi barbilla, y me obligaba a mirarlo a los ojos. Reflejaban un solo sentimiento: desesperación.

- Vamos, Georgie, háblame – me suplicó. Mantener el contacto visual con sus ojos me estaba costando horrores. Nicholas me conocía demasiado bien, seguro ya había leído en mi mirada que algo no estaba bien. – Solo quiero saber que ocurre.

- Nada – dije, cortante, y me zafé de su agarre. Miré hacia otro lado, mientras mis ojos se humedecían. Nick suspiró.

- Es sobre Miley. – no era una pregunta: era una afirmación – Ge, amor, cuantas veces tengo que decírtelo… no hay nada entre nosotros.

- ¿Cómo puedo saberlo? – las lágrimas ya se asomaban por las comisuras de mis ojos. Intenté contenerlas, pero sabía que no lo lograría por mucho tiempo – Pasas más tiempo con ella que conmigo, componen juntos, en lo eventos siempre está merodeando cerca de ti… - mi voz se quebró. Nick tomó mi rostro entre sus manos.

- Escúchame, por favor. Entre Miley y yo no hay nada. Son solo estúpidos rumores…

- Que ella ayuda a engordar – lo corté. Él bajo su mirada, y soltó mi cara, mientras soltaba todo el aire que tenía en sus pulmones.

- Hablaré con ella, ¿está bien? – dijo. – Pero debes confiar en mí. Tú ya sabías como son las cosas cuando empezamos a salir, lo hablamos miles de veces. – volví a enfocar mi atención en el suelo. En ese momento, mis zapatos tirados cerca de mi cama parecían mucho más interesantes que la mirada acusadora de mi novio. Escuché como chasqueaba la lengua, y me vi obligada a volver a clavar mis ojos en él. – Geo… Nunca te engañaría.

- No podría soportarlo otra vez… - una lágrima primeriza se deslizó por mi mejilla, y Nick me la quitó con su dedo índice.

- ¿Cuándo vas a entenderlo? Yo no soy como Nate, Ge, nunca te haría algo así… no podría. Eres muy complicada, amor. Deberías dejar de pensar tanto. – reí un poco, mientras limpiaba los restos de lágrimas en los ojos. Intenté sonreír, pero mis labios solo formaron una débil mueca. Mi cerebro era un terrible nudo de ideas, había tantos cosas mezcladas que ni yo misma me entendía.

En primer lugar: el miedo al rechazo. Nunca me había enamorado tanto de alguien, ni siquiera de Nate, y la simple idea de que Nick dejara de ser parte de mi vida destrozaba mi corazón. Y su “mejor amiga”, Miley, no ayudaba para nada. Cuando empezamos a salir, pactamos que quedaría entre nuestros íntimos: nada de prensa. Me pareció lo más lógico… hasta que la señorita Cyrus decidió entrometerse. Sus constantes indirectas, ya casi directas, sobre su relación con mi novio me estaban volviendo loca. Nick podría asegurarme una y mil veces que ella no sentía nada por él, pero yo sabía que estaba equivocado. Y no podía ignorar el hecho de que ella era miles de veces más bonita y talentosa que yo. Entonces, ¿qué hacía Nicholas con una chica como yo, cuando podría tener a una chica como ella? No tenía lógica. Y eso me incomodaba muchísimo.

Pero iba más allá de eso. Los celos eran casi un tema fácil a comparación del resto…

- Hay más. – desperté de mi transe mental, sobresaltándome. Una vez más, Nick había afirmado en vez de preguntar. Me conocía hasta mejor que yo misma. – Georgina, no podemos seguir así… ¡al menos mírame! – exclamó, tomándome por los hombros. Antes de volver a mirar sus ojos, cerré los míos por unos milisegundos – ¿Qué es? ¿Qué es tan difícil de decirme que estás dejando que arruine nuestra relación para no hacerlo? – volví a desviar mi mirada, ya demasiado empañada. – Georgie, por favor, hablemos, te lo suplico…

Cerré mis ojos, mientras un sollozo sacudía levemente mi cuerpo.

- Recibí una oferta… desde Harvard. – dije, con un hilo de voz.

- ¿Qué? – la expresión de Nick se desfiguró completamente. Su boca se abrió unos cuantos centímetros, mientras negaba con la cabeza – ¿Concursaste? – solo pude asentir. – Creí que habíamos acordado que no lo harías…

- Tú no lo entiendes – por primera vez, clavé mi mirada en sus ojos almendrados por voluntad propia – Nunca podrías entenderlo…

- Explícame, porque de verdad no te entiendo. – pude verlo en sus ojos: estaba enfadado. - ¿Qué es lo que quieres? ¿Alejarte de mí? ¿Quieres dejarme, Georgina?

- ¡Claro que no, Nick! – exclamé, desesperada. - ¿Cómo voy a querer dejarte, si eres lo mejor que me pasó en la vida?

- Pero si quieres pasarte 12 años encerrada en una universidad, lejos de mí, viéndonos solo unas 2 veces al año. ¿Cómo crees que eso puede funcionar?

- ¡No es eso lo que quiero! – exclamé. – No lo entiendes…

- No, ¡no te entiendo! – Nick gritó más fuerte que yo, llevando sus manos a su cabello, y agarrándose la cabeza. – Intento, ¡puedo jurarte que intento! Pero simplemente es ¡imposible! ¡No quieres que nos separemos, pero te iras a estudiar una carrera interminable en una de las universidades más complicadas del país! ¿Qué pretendes? ¿Qué deje la banda y me vaya contigo? ¡Lo haré si es lo que quieres!

- No, Nicholas, ¡por favor! – exclamé - ¡No puedes hacer eso!

- ¿Y entonces?

- ¡Debo proteger mi futuro! ¿Está bien? ¿Es eso lo que querías escuchar?

- ¡Otra discusión que ya habíamos tenido! – Nick inspiró una gran bocanada de aire, intentando calmarse – Creí que habíamos acordado que tu futuro era conmigo.

- No voy a ser una mantenida, Nicholas. – sentencié.

- ¡Pues estudia a distancia! Creí que hasta habías encontrado un muy buen curso…

- Si, todo genial, pero nunca encontraré un buen trabajo con un título así. – lo interrumpí.

- ¿Es todo por un tema de dinero? ¿Quieres ganar mucho? Georgie, no sé si te diste cuenta, pero cada uno de nosotros ya tenemos una cuenta corriente bastante gorda…

- ¡No es por el dinero, Nick! ¡Argh! – llevé mis manos a mi cara, cubriéndola completamente. Me paré de un salto, y comencé a caminar por toda la habitación.

- Hay algo que me estoy perdiendo – susurró Nick. Suspiré sonoramente, y me acerqué a él, con mis ojos cerrados.

- ¿Qué pasaría… qué pasaría si lo nuestro no dura? – susurré, en un tono casi inaudible. Abrí mis ojos: Nick me miraba casi horrorizado. - ¿Qué pasaría si, en unos cuantos años, o quizás meses, nos damos cuenta que no somos el uno para el otro? Necesito tener una segunda opción, Nick.

Mi novio se paró, quedando a centímetros de mi cuerpo. Me tomó por la cintura, y me acercó más a él, hasta que nuestros cuerpos quedaron prácticamente pegados.

- ¿No lo sientes? – dijo. Una media sonrisa se formó en mi rostro. – No estamos equivocados, Ge. Estoy seguro. Nunca estuve tan seguro de nada en mi vida… Daría todo por ti. ¿No lo ves?

- Lo sé, Nick, si lo siento… pero ¿qué pasa si…?

- Basta. – me cortó. – Basta, por favor, deja de complicarte tanto. Por una vez, mira las cosas en blanco y negro. Simples. Yo te amo, tú me amas… punto final. Deja de meterle color. Solo complicas las cosas.

- No es tan fácil. – murmuré, e, involuntariamente, apoyé mis manos en su pecho. Como siempre que estaba tan cerca de él, mi estómago se volvió un nido de mariposas, y mi corazón latió violentamente.

- Si lo es… tú eres la difícil. – susurró en mi oído. Podía sentir en su voz un dejo de burla. Me alejé un poco, y vi una sonrisa en su rostro – Pero eso es lo que me vuelve loco de ti. – sonreí un poco, y tragué saliva. Quité mis ojos de su rostro, centrando mi atención en el collar alrededor de su cuello. Lo tomé entre mis manos, y comencé a jugar con el. - ¿Qué?

- Nada – dije, moviendo mi cabeza de lado a lado. Nick carraspeó, llamando mi atención. Tenía sus cejas levantadas, en señal de pregunta. – Es que siempre es lo mismo… discutimos, tú dices algo lindo, yo caigo, y allí termina todo.

- ¿No sería más fácil si no discutiéramos? – dijo, besando mi mejilla tiernamente. Cerré mis ojos, y, haciendo un esfuerzo sobre humano, lo aparté un poco de mí.

- No. – me alejé un poco, dándole la espalda, mientras miraba por la ventana.

- Está bien, mira. – dijo, acercándose a mi. – Si quieres ir… ve. Si eso te hace sentir más tranquila… encontraremos la forma de arreglarnos.

- ¿Cómo? – di media vuelta, para encontrarme con él a poco centímetros de mi. Llevó su dedo índice a mis labios.

- Shh – me calló – Lo haces otra vez. Recuerda: blanco y negro. Simple. Lo arreglaremos. No importa como… lo haremos. Nuestro destino es estar juntos… lograremos la manera de cumplirlo.

El brillo en sus ojos, quién sabe porque, me dio la seguridad de que tenía razón. No pude más que sonreír, y presionar sus labios suavemente, mientras él me tomaba por la cintura.


Acá les traigo, en mi opinión, lo mejor que he escrito hasta ahora. Otro shoot, podría decirse, bastante personal... me costó bastante decidirme a como escribirlo, pero una vez que empecé, se escribió practicamente solo :) así que en fin, lo escribí para un concurso que se suspendió, así que este bebé termino siendo solo por amor al arte. Está basado en el discurso nuevo de Nicholas, sobre Black Keys... textualmente dijo:

Sometimes it's better to see things plain and simple, black and white, instead of throwing color in and messing the whole picture up.
Y... para ser sincera, me sentí muy identificada. No va a ser el único shoot que escriba sobre Black Keys, se los puedo prometer. En fin, espero que les guste :) gracias por su tiempo!!

10 de julio de 2009

Go, Road Dogs! (SPANISH)

- Must be paranoid… I never thought it would come to this – canté al son de la radio. Apoyé mi cabeza contra el respaldar del asiento, y miré por la ventana. Sonreí al ver a un grupo de chicos jugando al softball: amaba ese deporte. Me sobresalte al sentir los frenos del auto clavarse, y giré mi cabeza, asustada.

- ¿Qué crees que haces, Miranda? – reclamé. Miré hacia delante: no había nada. Volví a mirar a mi amiga. Su boca estaba levemente abierta, y sus ojos parecían dos platos. - ¿Miranda? – pasé mi mano frente a sus ojos, y sus pupilas no se movieron. Seguí su mirada, y solté un grito ahogado. – Oh por Dios.

¿Cómo no me había percatado antes? Clavé mis ojos en el bateador: esos rulos solo podían pertenecer a una persona. Una sonrisa emocionada se formó en mi rostro, y abrí la puerta del auto.

- ¡Serena! – exclamó Miranda, reaccionando al fin - ¡No puedes…!

- ¡Pero claro que si! – la corté, bajando del auto - ¡Estaciónalo, vamos, ¿Qué esperas?!

Mi amiga dirigió su mirada al volante, puso el auto en marcha, y lo estacionó cerca de allí. Le hice señas con la mano, y corrimos hacia la reja que rodeaba al campo. Apenas podía reprimir mi emoción.

- No puedo creerlo – musitó. Parecía estar en una especie de trance – De veras, esto es increíble…

- ¡Lo sé! – exclamé, siguiendo de cerca la jugada. Nick corría a través de las bases a toda velocidad – Lo hará.

- ¿Qué cosa? – reí. Miranda prestaba atención a cualquier cosa, menos al partido.

- Eso – señalé, cuando Nick pisó la cuarta base, celebrando con un puño en alto. No pude reprimirme, y grité - ¡¡Eso, Nick!!

Mi respiración se cortó cuando, al mismo tiempo, Nick, Joe y Kevin miraron hacia donde estábamos. Obviamente no se habían percatado de nuestra presencia, hasta ese momento. Joe levantó una mano, en forma de saludo, y Miranda le devolvió el gesto.

Al poco tiempo, nos dimos cuenta de que el partido llevaba unas cuantas horas desde su comienzo cuando llegamos. O al menos yo me di cuenta, porque mi amiga con suerte sabía que era el softball.

Solo quedaba un out para el cambio. Jack Lawless al bate.

- ¡Vamos, Jack! – exclamé. No podía evitarlo: mi pasión hacia ese deporte me controlaba cada vez que veía un partido. Jack sonrió hacia donde estábamos, y se preparó para batear.

El pitcher arrojó la bola, Jack bateó… nada. Maldije por lo bajo. Pude escuchar a Miranda reír.

- ¿Qué? – pregunté - ¿No puedo disfrutar del partido?

- S, son ellos – dijo, recalcando la última palabra - ¿Cómo puedes concentrarte?

- ¡No! – escuchamos, y di vuelta mi cabeza. Segundo strike.

- Vamos, Jack, tú puedes… - murmuré para mi misma, ignorando las risas de mi amiga. Eché mi cabeza para atrás al ver pasar la bola hacia las manos del catcher.

- No pudo – fulminé con la mirada a mi amiga ante su burla. Pero mi expresión cambió al instante: Nick tomó un guante, y se dirigió hacia el lugar del pitcher. Mi posición favorita. Tiré hacia atrás mi cabello: el calor estaba empezando a abrumarme.

- Eso si es digno de verse – le murmuré a mi amiga, sonriendo. Nicholas pasó su mano libre por sus cabellos, dejando la bola en su guante. Mi corazón por poco se ahoga en latidos.

Había leído más de mil veces que Nick era el más competitivo de los tres, y el mejor de los deportes. Sabía que tenía que ser genial lanzando.

Me equivoqué. Dos home-rones seguidos. No podía creerlo.

- Oh, ¡vamos! – exclamé, luego del tercero. Pude ver como la espalda de Nicholas se contraía al respirar profundamente, y se dio media vuelta, exasperado.

- No es mi día, ¿ok? – dijo, y volvió su vista hacia la cuarta base. Me sorprendió muchísimo su tono de voz. Lo admiraba muchísimo, por supuesto, pero nadie me hablaría de ese modo.

- Si, eso lo noté – contesté, cortante. Nick giró sobre sus talones, mirándome receloso.

- ¿Ah, si? – preguntó, acercándose hacia nosotras. Sentí un click en mi cerebro, y me di cuenta de con quien estaba hablando. Me quedé dura, como una estatua - ¿Crees que puedes hacerlo mejor?

Me había quedado completamente petrificada. No esperaba eso.

- Vamos, Sere – me alentó Miranda.

- ¿Sabes jugar, al menos? – dijo Nick, desafiante.

- Algo – susurré en un hilo de voz. Carraspeé.

- Ven, entonces. A ver que tan buena eres. – Mi boca se abrió unos cuantos centímetros.

- Ve, S, ¿qué esperas? – dijo mi amiga, empujándome hacia la puerta. Nick la abrió, haciéndome señas para que pasara. Tragué saliva. El menor de los Jonas rió por lo bajo.

- Toma – dijo, entregándome el guante, y la bola. Los miré como si fueran objetos completamente extraños. – Enséñame.

- Yo… este… - tartamudeé. Estar tan cerca de él me ponía nerviosa. – Está bien.

Me calcé el guante, sintiéndolo mojado por el sudor de Nick. Sentí que el oxígeno no me llegaba al cerebro. Sacudí un poco mi cabeza, y me dirigí a mi lugar. Até mi cabello en una coleta alta, tomé la pelota con mi mano derecha, y me acomodé para lanzar.

- Esto no puede estar pasando – me murmuré a mi misma. Inspiré una gran bocanada de aire, cerré mis ojos, y lancé la bola.

- ¡Strike 1! – exclamó Kevin, que estaba como catcher. Clavé mis ojos en Nick, que me miraba incrédulo. Sonreí un poco.

- Suerte de principiante – leí en sus labios. Reí, negando con la cabeza. Volví a prepararme, y lancé.

- Strike 2 – dijo Kevin, con un importante dejo de sorpresa en su voz. – Nick, si es buena – murmuró. Volví a reír. Repetí mi acto, y el mayor de los Jonas exclamó - ¡Strike 3, estás fuera!

- No es posible – Nick movía su cabeza de lado a lado, con sus ojos muy abiertos. Escuché a mi amiga coreando:

- ¿Quién tiene espíritu? ¡Serena tiene espíritu!

- ¡Gracias por las porras! – le exclamé, y ambas reímos.

- Espera, espera, espera – dijo Nick, rápidamente, acercándose a mí. - ¿Cómo hiciste eso?

- Eso se llama lanzar – le contesté – Solo llevas tu brazo hacia atrás, tomas impulso y…

- ¡Oye! – me cortó, con una atisbo de sonrisa en sus labios. – Sabes a que me refiero…

- Digamos que soy una aficionada… - contesté. En parte era cierto...

- Es la pitcher del equipo oficial de aquí – comentó uno de los chicos del equipo que se enfrentaba a los Road Dogs – Serena, ¿cierto?

Asentí con una media sonrisa formada en mi rostro. Volví a mirar a Nick.

- Bien, bien, tú ganas – se rindió, levantando las manos. – Si eres buena.

Una vez más, alguna conexión de mi cerebro se activo, y caí en cuentas de quien había dicho esas palabras. La sonrisa en mi rostro aumentó aún más.

- ¿Sabes? – dijo Joe, acercándose. Me miró de pies a cabeza, asintiendo – Nos haría falta una buena pitcher…

- ¿Y qué hay de mi? – reclamó Nick. Joe le guiñó un ojo, y su hermano se calló al instante.

- Tenemos otro juego mañana… ¿te interesa? – preguntó Joseph. No podía creerlo.

- ¡Claro! – exclamé.

- Genial, entonces, aquí, mañana, a eso de las 5, ¿hecho? – propuso Nick, levantando una mano. Saqué mi guante, y tomé su mano. El sudor que antes había notado en el guante, ahora lo sentía en su piel. Mi corazón bombeó sangre a velocidades aún no conocidas para mi cuerpo, por lo tanto, todo este se estremeció.

- Hecho – confirmé.

Nuestras manos se soltaron, y Nick me sonrió. Miré hipnotizada como me quitaba el guante de la mano, la bola de la otra, y me guiñaba un ojo antes de dar media vuelta. Mordí mi labio inferior: no podía esperar al día siguiente.


No hay nada que decir, jajaja... me gané una mencioncita con este bebé :) (link acá) así que estoy muy feliz ^^ la consigna era "Sudor", pensé que iba a ser la único que pensara algo así, pero parece que no :P jaja, pero en fin, sinceramente, me gusto la idea... aunque era mejor en mi mente. Espero que lo disfruten :) saludos!